1º. SINDROME GENERAL DE ADAPTACIÓN.
Es el proceso mediante el cual el organismo recupera o restablece el
equilibrio tras haber sufrido un estímulo o carga, en forma de movimiento,
estando dispuesto o preparado para un estímulo superior al anterior
(siempre y cuando se deje el tiempo suficiente de descanso), conociéndose
como supercompensación (Fig.1).
De este concepto se derivan las adaptaciones que se producen en el
campo del entrenamiento deportivo. Estas adaptaciones pueden ser:
- ADAPATACION INMEDIATA: Se produce tras un esfuerzo
puntual que genera un supercompensación rápida, que permite en la
siguiente sesión repetir el esfuerzo de iguales características al que
produjo la adaptación anterior.
- ADAPTACIÓN A MEDIO PLAZO: Se produce tras una serie
sucesiva de estímulos. Se puede utilizar para que se produzcan durante
un periodo de tiempo más largo, por ejemplo 3-4 semanas.
- ADAPTACIÓN A LARGO PLAZO: Es la que aparece tras un
periodo de tiempo que puede llegar hasta un año o mejor dicho una
temporada atlética.
Debe quedar claro que el organismo mejora siempre que se siga
sometiendo a este a un esfuerzo, ya que si pasado un tiempo no se ha
producido dicho esfuerzo el organismo volverá a situarse en el estado
inicial e incluso por debajo (Fig. 2).
Por otra parte, si no dejamos un descanso adecuado para realizar el
próximo entrenamiento, o incluir la próxima carga, el animal se irá
"sobrecargando" de entrenamientos hasta que entre en fatiga crónica
(Fig.3).
Al Incluir un entrenamiento antes de la recuperación del anterior
esfuerzo el organismo no recupera y por tanto no se produce el efecto
deseado de supercompensación.
Por otro lado, debemos tener en cuenta que si las cargas que utilizamos
para nuestros animales son siempre las mismas, llegará un momento en que
el organismo se adapte a ellas y la mejora sea mínima. Ejemplo, si
realizamos a nuestro galgo 7 km a trote los primeros días mejoraría pero
llegado un punto se adaptaría y lo único que haríamos sería mantenerle la
forma, pero no mejorarla.
Por tanto de este primer concepto de adaptación, se podrían derivar dos
conclusiones para que nuestros animales mejoren con el entrenamiento.
- Para que exista mejora debe haber un aumento gradual de las cargas
de entrenamiento.
- Para que exista mejora, de la misma forma, hay que dar, sin pasarse,
el suficiente tiempo de recuperación entre carga y carga.
Estas dos conclusiones son más fáciles de llevarlas a cabo con los
seres humanos, ya que estos nos pueden transmitir sus sensaciones y
ponernos en conocimiento de cuál es su estado en cada momento, sin embargo
y a pesar de que los perros no pueden hacerlo, podemos obtener índices
indirectos que nos den una valoración muy aproximada de su estado y de si
el entrenamiento previsto está dando los resultados apetecibles. Me estoy
refiriendo a índices como la frecuencia cardiaca de reposo o la
temperatura corporal. El análisis de estos factores tal vez ocuparían un
artículo posterior.
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